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DEBATE
Empresarios: menos intervención del Estado e instituciones fuertes. Escriben: Bonelli, Naishtat y Oviedo
28/11/2014

Unido contra el Gobierno, el empresariado va a la Justicia

Clarín

Por Marcelo Bonelli.

El lunes, el movimiento empresario hará la primera acción política conjunta contra el gobierno de Cristina: el Grupo de los 6 se presentará en la Justicia y pedirá que se declare inconstitucional la Ley de Abastecimiento. El documento ya fue firmado por los titulares de las seis entidades y la decisión incluye otra medida: también harán un amparo, para evitar que la legislación se aplique mientras la Justicia trata la cuestión de fondo.

Juan Carlos Cassagne –el abogado elegido – pasó el escrito por las manos de Héctor Méndez, Jorge Brito, Carlos de la Vega, Luis Etchevehere, Gustavo, Weiss, y Adelmo Gabbi. Ellos presiden las cámaras empresarias que integran el G-6.

Cassagne fue hermético y discreto. En la UIA y en ADEBA detectaron que hubo espionaje –de la ex Side o del Grupo Milani– para frenar la firma de la sonora presentación judicial.

La decisión implica un fuerte fracaso para el Gobierno, que operó para impedir la acción conjunta del movimiento empresario.

Axel Kicillof hizo ofertas tentadoras a Méndez y Weiss. Pero sus gestiones secretas fracasaron, y también chocaron contra una pared las amenazas de Augusto Costa y Jorge Capitanich.

La presión solo logró demorar el trámite. Eduardo Eurnekián buscó sin suerte apartar a la Cámara de Comercio y romper el bloque del G-6.

La AEA de Jaime Campos jugó un rol decidido para unir las partes y resolvió el último escollo: solucionó la cuestión de los costos judiciales.

Así, la acción conjunta se convierte en un hecho político contra el Gobierno. Se trata del primer gesto institucional de rebeldía política en una década, por parte de los hombres de negocios.

La decisión refleja la pérdida de poder de Cristina, y también que los aprietes y presiones del Gobierno perdieron efectividad en el mundo de los negocios. Para los ejecutivos, el contenido de la legislación es inaceptable, porque autoriza a la Casa Rosada a decidir sobre cuestiones estratégicas de las decisiones privados.

Julián Alvarez y Axel Kicillof fueron los autores y para eso copiaron partes del “Plan de Desarrollo Endógeno Bolivariano”, de Hugo Chávez. En Venezuela ese programa terminó de la peor manera: alta inflación, desabastecimiento de bienes de consumo popular –como papel higiénico– y una brecha cambiaria del 1.000%.

La acción política del Grupo de los 6 ocurre en un momento clave. La presentación se hará un día antes de que comiencen las Jornadas Industriales de la UIA, donde concurrirán Cristina y más de un millar de empresarios.

Ayer, el Foro de Convergencia Empresaria hizo un fuerte llamado a recuperar la “institucionalidad”, al considerar que la Casa Rosada no la respeta. El martes hubo una exitosa convocatoria de la Cámara de la Construcción, donde obtuvieron una definición del Gobierno para que el ajuste no pare la obra pública.

En esas reuniones de las centrales empresarias trascendió una información sensible: a último momento, Ricardo Etchegaray habría sacado a un importante funcionario de la lista de argentinos con cuentas ocultas en Suiza difundida ayer.

Según fuentes de la AFIP, en la confección de la lista de los 4.000 argentinos que tenían dinero en Suiza a través del HSBC, figuraba una cuenta vinculada al viceministro de Economía. Emanuel Alvarez Agis habría estado en la nómina y su inclusión inicial fue dispuesta por funcionarios que desconocían que el economista era la mano derecha de Kicillof. El ministro de Economia consideró que esa acción de la AFIP forma parte de la lucha de poder que tiene con Ricardo Etchegaray. También Kicillof abonó esa teoría conspirativa, porque el embate de la AFIP es contra un banco con el que él tiene excelentes vínculos, a través de su titular, Gabriel Martino.

Martino tiene un acceso fluido a Kicillof y en varias oportunidades le propuso colocar un bono en dólares en el exterior.

Pero hubo una intervención del máximo nivel y de último momento que evitó lo peor para el segundo de Kicillof. El propio Etchegaray habría tenido que actuar para que Alvarez Agis no formara parte de la denuncia de ayer. Trató de cumplir la orden mandada desde la Quinta de Olivos. La misma que evita que algunas cuevas vinculadas a La Cámpora sean inspeccionadas.

La Cámpora tiene sus privilegios. Aerolíneas Argentinas, bajo la conducción de Mariano Recalde, es un verdadero barril sin fondo. Un nuevo informe de la Auditoría General de la Nación confirma que las cosas siguen sin mejorar: las pérdidas se profundizan y hubo un nuevo salvataje del Tesoro. El rojo en 2012 fue de 2.407 millones de pesos y el aporte de la Casa Rosada para disimular la mala administración alcanzó a 4.119 millones. Los datos del 2013 son peores: la pérdida de ese año ascendió a 591 millones de dólares (unos 3.800 millones de pesos). Así surge de los datos oficiales de la Auditoría General de la Nación, que confirman los anticipos de Clarín. El trabajo se llama “Auditoria sobre Estados Contables 2012 Aerolíneas- Austral”.

Necesitada de tapar semejante desmanejo, Cristina tuvo que girar fondos a Aerolíneas Argentinas por la friolera de 20.342 millones de pesos. Fue en los últimos seis años, y en la reciente ampliación del Presupuesto aprobó otra ayuda de 900 millones.

Para disimular el descalabro de la gestión y emprolijar los balances, Kicillof elaboró un nuevo “relato contable”.

Esa millonaria ayuda de la Tesorería aparecerá a partir de ahora en otra categoría: como aportes de capital del Gobierno a Aerolíneas.

Enrique Vanoli viaja con esta información a Chile. Ahí participará de una reunión del FMI, que liderará Christine Lagarde.

 

Inédito consenso sobre políticas para crecer entre 60 cámaras empresarias

Clarín.

Por Silvia Naishtat

El mayor acto de caridad hoy es generar empleo”, recibió monseñor José María Arancedo a los 900 empresarios que colmaron ayer el imponente salón Juan Pablo II de la UCA. Así arrancó el encuentro del Foro de Convergencia Empresarial, que nació de la iniciativa de seis cámaras en 2013 y ya suma 60. La amplísima convocatoria de ayer se percibió como un hecho inédito para dirigentes de la industria, el campo, los bancos y los servicios que por primera vez mostraron un espíritu de cuerpo que hasta ahora era solo patrimonio de las centrales sindicales. El Foro adquirió, definitivamente, su propia identidad. A lo largo de un año, en silencio, fueron logrando consensos en discusiones en las que pasaban de sacarse chispas a la armonía. Y coincidieron que para que Argentina se abra paso, hay que mirar el presente desde el porvenir como aconsejó el filósofo Santiago Kovadloff. En los paneles se insistió en las oportunidades que presenta Argentina que puede crear 3 millones de empleos.

Jaime Campos (Asociación Empresaria Argentina) se refirió a la importancia de una Justicia independiente y “un Congreso que debata, en un sistema de absoluta libertad de prensa y en el que los medios independientes del poder tengan toda la fortaleza para actuar”. Juan Vaquer (Cámara de Comercio de EE.UU.) dijo: “En un país con instituciones sólidas, las empresas exitosas son las que se caracterizan por el trabajo y la innovación. Son exitosos los que hacen las cosas bien. En un país sin instituciones sólidas, con funcionarios discrecionales, los exitosos son los que están cerca del poder, los aventureros”. Luis Etchevehere (Sociedad Rural) invitó a “solucionar los temas con tal urgencia que nosotros mismos veamos los resultados”. Enrique Cristofani (Santander) entusiasmó al señalar que “ tenemos la mejor oportunidad de crecimiento y desarrollo en mucho tiempo. Un sueño grande sería volver a recuperar la movilidad social ascendente, que hemos perdido”. Y Juan Pablo Simón Padrós (ACDE) ofreció colaboración al mundo de la política, “porque los problemas del país son acuciantes”.

Entre los empresarios, además de los presidentes de entidades, estuvieron Adrián Werthein (Telecom), Carlos Miguens (Sadesa) Juan José Aranguren (Shell), Claudio Belocopitt (Swis Medical), Arturo Acevedo (Acindar), Julio Saguier (La Nación), Federico Braun (La Anónima), Héctor Magnetto y José Aranda (Grupo Clarín), Eduardo Caride (Telefónica) Martín Otero Monsegur (San Miguel), Gabriel Martino (HSBC), Roberto Fortunati (Itaú) y Alejandro Preusche (Newsan), entre tantos otros. Miguel Blanco cerró el encuentro con un llamado a una “democracia con mayor contenido e inclusión social”.

Pero minutos antes Luis Betnaza (Techint) en una especie de introspección analizó que muchos empresarios actúan como gerentes en función del día a día, en vez de comportarse como accionistas con una visión de largo plazo. Se refirió al delicado rol de las cámaras en las que muchos dirigentes privilegian vínculos con los funcionarios, en vez de defender a sus representados. De paso, desafió al Foro en que si bien hay que “avanzar en consensos, también hay que saber cómo dirimir los disensos”. 

Adiós a un largo silencio

La Nación

Por Jorge Oviedo.

No es raro que en el Foro de Convergencia Empresarial haya alguna de las voces que nunca aceptaron la mordaza que impuso desde el inicio el kirchnerismo. Parece un retorno a lo que, parafraseando a Néstor Kirchner, sería "un país normal". Donde los empresarios opinan a qué principios rectores convendría atenerse, sin proponer políticas sectoriales o medidas específicas.

El kirchnerismo más radicalizado jamás habría aceptado semejante diálogo. De hecho, no lo hizo. Para ellos, escuchar que los precios deben formarse en mercados transparentes y sin distorsiones habría sido rechazado como "neoliberalismo" o como "pliego de condiciones". Actitudes que claramente una parte significativa del peronismo ya no está dispuesta a acompañar.

Es interesante ver también que muchos de los empresarios que aparecen ahora tratando de lograr consensos básicos sobre los que se construyan el progreso y el desarrollo no sólo se han enfrentado con la actual administración. También han sabido tener diálogo o han hecho observaciones en un tono que no despertara las iras gubernamentales y sus inútiles batallas dialécticas.

El foro es también una respuesta a quienes piden mayor compromiso social a los empresarios. Que son los que han dicho que no sólo hay que atraer inversiones, sino que no habrá desarrollo y movilidad social ascendente sin mejor salud, educación y combate al crimen.

Los empresarios reclaman menor intervención estatal

La Nación

Por Pablo Fernández Blanco.

Los referentes del empresariado argentino piensan más en acercarles propuestas a los posibles candidatos presidenciales que en sostener los debates con el kirchnerismo. Y tienen un pedido casi unánime: quieren que los "dejen hacer", que el Estado no interfiera.

Varios de los principales hombres de negocios del país se reunieron ayer en la sede de la Universidad Católica Argentina (UCA), en Puerto Madero. Fueron convocados por el Foro de Convergencia Empresarial (FCE), que nació a fines del año pasado con seis entidades; hoy son 60 y tienen una mirada crítica sobre la gestión de Cristina Kirchner.

En esta ocasión, sin embargo, no hubo ni una sola referencia directa al Gobierno en más de dos horas de exposición. LA NACION preguntó por esa omisión a Miguel Blanco, director general de Swiss Medical, presidente de IDEA y coordinador del Foro. "Esta reunión estuvo orientada al futuro; la intención no era polemizar sobre la coyuntura", respondió.

En otros términos, los empresarios empezaron a cerrar la discusión con el Gobierno para concentrar energías en el diálogo con los eventuales sucesores. Casi todos estaban en primera fila: Sergio Massa (Frente Renovador), Mauricio Macri (Pro), Hermes Binner (FAP), Ernesto Sanz y Julio Cobos (UCR). Faltó Daniel Scioli, acaso para evitar un foro claramente crítico del Gobierno.

"Estamos seguros de que va a haber un cambio en el próximo gobierno, incluso si triunfa el oficialismo. En el Congreso no va a haber grandes mayorías, y eso va a aumentar el debate", vaticinó Miguel Blanco.

Aunque cada uno tiene sus propias preferencias políticas, como ellos mismos reconocen, los empresarios parecen estar de acuerdo al menos en un punto: para que en el futuro haya más trabajo y empleo, hay que hacer casi todo lo contrario de lo que hizo el kirchnerismo.

"Consideramos central fortalecer las instituciones. La Argentina necesita volver a tener las instituciones que garantiza la Constitución. La división de poderes va a ser posible con una Justicia independiente y un Congreso que debata, en un sistema de absoluta libertad de prensa y en el que los medios independientes del poder tengan toda la fortaleza para actuar", reclamó Jaime Campos, presidente de la Asociación Empresaria Argentina (AEA). Frente a él, en primera fila, lo escuchaba Héctor Magnetto, CEO del Grupo Clarín, uno de los 700 asistentes al encuentro que contabilizó la organización.

Campos siguió con su reclamo: "La Constitución Nacional reserva un ámbito propio para lo privado. Lo peor que puede pasar es que la discrecionalidad del poder se introduzca en ese ámbito", sostuvo, en referencia al Gobierno, aunque no lo mencionó.

Varios de los oradores pidieron o pronosticaron una menor intervención estatal en el futuro.

Luis Betnaza, director del grupo Techint y uno de los vicepresidentes de la Unión Industrial Argentina (UIA), anticipó que, según su mirada, "en el próximo gobierno no va a haber un debate por aumentar el mercado o el Estado, sino que se va a tratar de liberar las fuerzas del mercado". La afirmación es toda una muestra del cambio de estrategia del grupo que conduce Paolo Rocca, que en 2003 le propuso al ex presidente Néstor Kirchner hacer uno de los gasoductos más grandes de la Argentina, pero luego centralizó sus negocios en la parte privada.

El presidente de CRA, Rubén Ferrero, también se inclinó por una menor intervención estatal. Pronosticó que cuando "liberen" al campo podrá concretar su enorme potencial. "Los agronegocios aportarían un piso de crecimiento de 2% del PBI anual hasta 2020, sólo si nos dejan hacer", sostuvo.

Varios expositores presentaron números gigantescos. Todas las placas mostraban un crecimiento exponencial del empleo (se habló de que un cambio como el propuesto implicaría la creación de tres millones de puestos), la economía, las inversiones y las exportaciones que, según ellos, está atado al camino que elija el próximo gobierno.

Al cierre del encuentro, Blanco resumió el pensamiento de los empresarios en una frase: "Creemos que el empleo privado genuino es fundamental para eliminar la pobreza", dijo.

La reunión tuvo el sello de una refundación. No se mencionó a los Kirchner, a Axel Kicillof ni a Jorge Capitanich, pero sonaron los nombres de Belgrano, Alberdi y Güemes. Palabras como consenso, instituciones, empresas, Constitución Nacional y diálogo se escucharon con muchísima frecuencia. Pero también se mencionó en varias ocasiones la proliferación del narcotráfico, en la política y en las empresas, como una amenaza creciente.

Juan Vaquer, de Dupont y representante de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham), pidió por un marco institucional sólido. "En un país con instituciones republicanas sólidas, las empresas exitosas son aquellas que se caracterizan por el trabajo y la innovación. Son exitosos los que hacen las cosas bien. En un país sin instituciones sólidas, con funcionarios discrecionales, los exitosos son los que están cerca del poder, los aventureros", criticó sin dar nombres.

El discurso del campo, uno de los más críticos hacia el kirchnerismo, también fue moderado. El presidente de la Sociedad Rural, Luis Etchevehere, reconoció que "hay cosas urgentes, pero tenemos también que dedicar parte de nuestro tiempo a arreglar lo general. Trabajemos de tal manera de pensar los próximos 100 años del país".

Empresarios le reclamaron a los candidatos fortalecer las instituciones

Cronista

Con la mirada puesta en 2015, y con grandes expectativas de cambio, los empresarios nucleados en el Foro de Convergencia Empresarial relanzaron ayer el documento creado meses atrás para colaborar con los distintos precandidatos a Presidente en la elaboración de políticas de Estado. Recuperar la institucionalidad, la calidad de gestión, la transparencia y las reglas de juego fueron la base de todas las exposiciones empresarias, aunque en esta oportunidad, el foro se encargó de citar con números cuánto podría crecer la Argentina, y cada sector en particular, si se tomaran las decisiones correctas desde el ámbito político. Por ejemplo, plantearon que el sector privado está en condiciones de generar 3 millones de nuevos empleos formales genuinos, incrementar las inversiones en u$s 500.000 millones y aumentar 120% el PBI en dólares. 

En un amplio salón de la Universidad Católica Argentina (UCA), los escuchaban algunos de los candidatos a suceder a Cristina Fernández el año próximo. Los más puntuales fueron el senador radical Ernesto Sanz, y los diputados Hermes Binner, Julio Cobos (todos por Unen) y Sergio Massa (Frente Renovador). El jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, llegó tarde, justo para la segunda parte del programa y en medio de la exposición del titular de FIAT, Cristiano Rattazzi, encargado de relatar el potencial de crecimiento que tiene la industria. Hubo tibios saludos, pero Macri nuevamente evitó sacarse la foto con todos y partió a las apuradas ni bien Miguel Blanco, de IDEA, ofreció las palabras de cierre. 

Los empresarios de las 59 entidades que conforman el foro ya habían presentado el documento con las propuestas de políticas a los distintos precandidatos, pero ayer fue relanzado a partir de aportes realizados por las distintas fuerzas. "Llegó el momento de ponerle más contenido a los 30 años de democracia que hemos tenido", manifestó Luis Miguel Etchevehere, de la Sociedad Rural Argentina (SRA). "No hemos trabajado para que el país tenga políticas públicas y hay que pasar de la inteligencia individual a la colectiva", enfatizó, a modo de autocrítica, el presidente del Banco Santander Río y vicepresidente de ABA, Enrique Cristofani. Por su parte, Enrique Vaquer, de la Cámara de Comercio norteamericana en la Argentina (Amcham), coincidió en que la democracia no es suficiente si no está acompañada de un marco institucional. "Son exitosos los países que hacen las cosas bien, no los países en donde los exitosos son los amigos del poder", remarcó. 

Estos empresarios, junto al titular de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), Jaime Campos; Juan Pablo Simón Padros, de ACDE, y Luis Betnaza, de la UIA y Techint, integraron el primer panel que estuvo orientado a remarcar la urgente necesidad de encontrar consensos para construir políticas de Estado que trasciendan los gobiernos y puedan llevar a la Argentina a un crecimiento sostenible. El respeto por las instituciones fue puesto como valor fundamental para encarar este camino. 

También expusieron las potencialidades de cada sector para la próxima década. Con números, referentes de los rubros bancario, industrial, minero, petrolero, de la infraestructura y agrario mostraron cuánto podría invertir cada rubro y cuánto empleo y exportaciones podrían generar en el mediano y largo plazo. Los disertantes coincidieron en que es factible crear 3 millones de nuevos puestos de trabajo y que, alcanzando un nivel de inversiones de entre el 25/30% del PBI, la Argentina lograría un crecimiento sostenible de entre 5 y 6% anual. La convocatoria, a la que asistieron unos 750 dirigentes, se realizó bajo el lema "Compromiso para una Argentina posible. Acuerdos para el desarrollo, el empleo y la inversión".


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