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MINERIA
Cao (Abeceb): Regulaciones frenan proyectos mineros en Argentina. De la Balze: Desafíos de la minería
27/12/2017

“Los grandes proyectos mineros están trabados por problemas regulatorios”

MINING PRESS/El Economista

El Economista conversó con Javier Cao, analista de temas mineros de Abeceb, para ver la evolución de un sector que es clave para las inversiones y el empleo.

A pesar de los intentos oficiales por generar un fuerte cambio de expectativas para el sector, Cao entiende que el sector se encuentra de capa caída no sólo por los bajos precios internacionales sino también por problemas regulatorios que enfrentan muchos proyectos de la minería metalífera por la Ley de Glaciares y que deberían ser el recambio a futuro del sector donde los grandes proyectos como La Alumbrera están en la etapa final de su ciclo de vida útil.

Para Cao, la excepción para el sector es el litio donde ve un futuro brillante gracias a que Argentina tiene ventajas regulatorias frente a Chile y Bolivia y grandes proyectos en marcha.

-¿Cómo ve el cierre de 2017 y la perspectiva para 2018 del sector minero en Argentina?

En realidad, el sector no viene creciendo. La minería ha estado bastante comprometida en los últimos años por el contexto internacional, que no la ha favorecido por la caída de los precios de los commodities. Y si bien en la actualidad no son tan bajos, tampoco son lo que eran. Y en Argentina pesa la particularidad de la presión regulatoria, y las cuestiones tributarias, con tasas mucho más elevadas que en otros países.

-¿Cómo jugó el quite de las retenciones?

Esa alta presión impositiva hacia el sector hizo que cuando había precios altos era similar a la de otros países pero con precios bajos. Esa situación se empezó a corregir con el cambio de Gobierno, que tomó medidas muy favorables al sector, como la quita de los derechos de exportación y la normalización del mercado cambiario para importar como para girar dividendos al exterior.

Esto generó una gran expectativa sobre el repunte de la minería. Ahora, cuando uno mira los números lo que se ve, es que 2016 y 2017 no han sido grandes años para el sector. La industria no se ha destacado en términos de actividad. De hecho, si uno ve los números, en general han caído. Y esto se debe que en muchos casos los proyectos mineros más grandes que hay en Argentina están entrando a su etapa de madurez, cierre o reducción de su tamaño, como es el caso de La Alumbrera o Casposo.

-¿Eso se debe al ciclo natural de vida de los proyectos?

Exactamente. Y de hecho estas medidas del Gobierno ayudaron a extenderles el ciclo de vida a muchos proyectos. Es decir, permitieron que minas que podrían estar fuera de operación hoy, decidieran continuar. Pero cuando uno ve los números no se ven datos favorables ya que la producción está decreciendo levemente. Y, aunque se mantengan en operación, va para abajo.

Y para compensar esto hay que ver qué pasa con los nuevos proyectos. Hay un par de proyectos que están en cartera y que podrían compensar esta declinación, frenando la merma y dando impulso a una leve suba en el nivel de actividad, como Don Nicolás, que ya empezó a producir el mes pasado y también están en cartera Lindero y Cerro Moro. Son los únicos proyectos, además de los de litio, que estarían en condiciones de entrar en operación en poco tiempo más.

-¿Esos proyectos son de oro?

Sí, aunque Cerro Moro es también de plata. Todo esto con respecto al corto plazo y también a las cuestiones que hacen a la continuidad de algunos proyectos que estaban en etapa de cierre. Manantial Espejo, que estaba en etapa de cierre, extendió su vida útil buscando algunos yacimientos cercanos y Pirquitas podría extenderla buscando la continuidad con Chinchillas. La Alumbrera está analizando comenzar a una etapa de producción subterránea de la mina.

Estos proyectos son para el corto plazo, y la actividad más o menos se mantendría estable porque la baja de esos proyectos se compensaría con esos ingresos y con algunas inversiones para dar continuidad a los proyectos que estaban en tierra. Pero el tema de fondo de la minería en el país es que, más allá de estos proyectos que sirven para mantener la actividad, los grandes proyectos están trabados por problemas regulatorios.

-¿Son los mismos que ofreció el Gobierno a China?

Sí, hay varios entre ellos. Hay muchos proyectos de oro y de cobre grandes en San Juan, Agua Rica en Catamarca, el proyecto Navidad en Chubut o Río Colorado en Mendoza. Es decir, hay proyectos de envergadura mayor, pero la mayoría están trabados por problemas de regulación. En el caso de Navidad, la prohibición que hay en la provincia de Chubut que en su momento se dijo que se iba a hacer un plebiscito para consultar si se aprobaba la actividad minera en la provincia y nunca se hizo nada.

Y fundamentalmente lo que tiene que ver con la Ley de Glaciares, que genera un conflicto bastante grande que hace que no quede del todo claro en qué áreas está autorizada la minería y en qué áreas no. Diría que no es del todo consistente la ley con la reglamentación y con lo que está haciendo el instituto a cargo.

Entonces, hay un conflicto y las empresas que tienen que hacer las inversiones, a menos que estén seguras que están fuera de peligro, no las harán. Si se resuelven positivamente ahí vamos a hablar de un ambiente mucho más favorable para las inversiones. Argentina tiene proyectos muy interesantes como para dar lugar a una nueva ola de inversión de la minería. Eso para todos los minerales con excepción del litio. Y esto debido a que los proyectos de litio no están afectados.

-¿Porque no hay tantos problemas con el agua?

Correcto y es mucho más sencillo además por las ubicaciones de los proyectos en el país. Por estos motivos las perspectivas para el litio son brillantes para Argentina. El país tal vez marche a convertirse en el principal productor mundial de litio y esto corresponde a que parte de las reservas mundiales de litio se encuentran ubicadas en el triángulo del litio (norte de Argentina, norte de Chile y Bolivia). Y ahí el que tiene la mejor regulación y las condiciones físicas es, por lejos, Argentina y en particular porque es el único que está permitiendo concesionar las operaciones de litio. En Chile el litio es considerado estratégico y entonces la operación es con manejo estatal. Y en Bolivia es peor todavía. Es totalmente manejado por el Estado.

-¿A cuánto alcanzarán las exportaciones del sector minero en 2017?

Las exportaciones totales este año van a rondar los US$ 3.800 millones, incluyendo toda la industria de base minera y no sólo la metalífera. De todas formas la metalífera (oro, plata, y cobre) es la que tiene más participación. Y para 2018 se mantendrá estable.

El desafío de la minería en la Argentina

CLARÍN

FELIPE DE LA BALZE*

La Argentina debe desarrollar su sector minero si quiere acelerar su crecimiento económico, diversificar su matriz productiva y elevar el nivel de vida de sus ciudadanos. Durante décadas, la ausencia de una industria minera importante bloqueó el aprovechamiento productivo de vastas riquezas naturales del país.

En Australia y Canadá -dos países modernos y avanzados- la minería fue y sigue siendo un pilar fundamental de generación de riqueza y bienestar para sus ciudadanos. El progreso de estos dos países se debe en gran medida al desarrollo de la industria minera. Su ejemplo debiera servirnos de guía para imaginar y planear nuestro futuro.

Para ilustrar la escala del atraso minero basta mencionar que Chile –con quien compartimos las regiones donde se encuentra la mayor parte de nuestro potencial geológico- exporta casi US$ 50.000 millones de productos mineros por año versus menos de US$ 3.000 millones en el caso de nuestro país.

La Argentina tiene el potencial geológico para desarrollar proyectos mineros de clase mundial. Un informe reciente de la Secretaria de Minería (Eduardo O. Zappetini y Eduardo W. Marquina, Potencial Minero Argentino, noviembre 2017) confirma la inmensa riqueza de nuestro subsuelo. La producción minera podría representar, a mediano plazo, el equivalente a varias Vacas Muertas.

El potencial minero está concentrado en regiones pobres y despobladas como la Puna, la cordillera de los Andes y la Patagonia. Su eventual desarrollo sería una poderosa herramienta para integrar el país y promover la modernización de las regiones/provincias postergadas.

La Argentina tiene una población educada y capaz de responder a los requisitos técnicos de la industria minera moderna. La minería no es solo el agujero en la tierra que las fotos nos muestran desde el cielo, sino una actividad industrial sofisticada que requiere mano de obra especializada y que paga muy buenos sueldos.

Asimismo, la minería representa una importante fuente de recursos fiscales para el estado nacional y las provincias involucradas. De acuerdo a estudios del Banco Mundial, típicamente, un tercio o más de los ingresos de un proyecto minero son recaudados por el sector público a través de impuestos, regalías y otras contribuciones.

La inversión minera requiere infraestructura, electricidad y caminos, lo que mueve la economía de una región, genera trabajo e involucra a los pequeños y medianos empresarios en la provisión de bienes y servicios.

Con la sanción de la “Ley de Inversiones Mineras” en 1993, la Argentina ingresó a la industria minera mundial, puso en marcha varios importante proyectos (Bajo de la Alumbrera en Catamarca, Veladero en San Juan y Cerro Vanguardia en Santa Cruz) y generó un veloz incremento de las inversiones en exploración, que confirmaron el potencial geológico del país.

Desafortunadamente, las políticas gubernamentales del periodo 2003-2015 alteraron la estabilidad jurídica y fiscal de la minería, deterioraron las perspectivas del negocio y redujeron dramáticamente la inversión en el sector.

El gobierno del presidente Macri propone volver a poner en marcha la minería. La meta es obtener como mínimo US$ 25.000 millones de nuevas inversiones durante los años 2016-2023. Ya existen empresas internacionales y locales interesadas en desarrollar y financiar (¡sin subsidios o fondos estatales!) el crecimiento del sector.

Las herramientas centrales de la nueva política incluyen un Acuerdo Federal Minero entre el gobierno federal y las provincias mineras para homogenizar las leyes nacionales y provinciales, garantizar la estabilidad impositiva a las empresas inversoras y lograr el respaldo de las comunidades locales a los emprendimientos mineros. El Acuerdo debería ser ratificado por el Congreso y las legislaturas provinciales en los próximos meses.

El tema ambiental es muy importante. La Argentina necesita una nueva Ley de Glaciares. La ley vigente no fue reglamentada, es ambigua y no genera certidumbres básicas para atraer la inversión. Necesitamos leyes claras (como la que tienen Australia, Canadá, Chile y los Estados Unidos) que ordenen y compatibilicen el desarrollo minero en la zonas de cordillera -donde están ubicados los principales recursos del país- con la protección ordenada de los recursos hídricos y de los glaciares.

Como demuestra el ejemplo de dichos países, la minería impacta en el medio ambiente pero no contamina si se toman las precauciones necesarias para equilibrar los intereses de la producción con la defensa del medio ambiente.

Pensar que el país no cuenta con la inteligencia suficiente para regular la producción minera a modo de armonizar el progreso económico con el uso responsable de los recursos hídricos, es un agravio a los argentinos o peca quizás de ignorancia.

Con esfuerzo y trabajo, la Argentina puede construir una industria minera moderna y ambientalmente sustentable, como en Australia, Canadá y Chile. De esta forma, podría convertir los cuantiosos recursos minerales disponibles en producción y así elevar el nivel de vida de todos los argentinos.

¡No perdamos la oportunidad!

*Académico y analista internacional.


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*La información y las opiniones aquí publicados no reflejan necesariamente la línea editorial de Mining Press y EnerNews